Término derivado del árabe que designa al principal funcionario del pais, responsable de los asuntos cotidianos. Era nombrado por el rey y sólo era responsable ante éste. El título ya aparece en el Imperio Antiguo, y puede que antes. En la Dinastía IV el visir era un hijo del rey; pero a partir de la Dinastía V dejó de serlo. Durante el Imperio Antiguo el poder del visir se extendía hasta Asuán pero en el Imperio Medio también incluía la Baja Nubia. Cuando durante el Imperio Nuevo la frontera llegó todavía más lejos, Nubia pasó a ser controlada por un virrey, el Hijo del Rey de Kush, independiente del visir. Al principio sólo había un visir para todo Egipto, pero andando el tiempo el cargo fue dividido en dos, con un visir encargado del Alto Egipto y otro del Bajo Egipto. Se supone, basándose en ocasiones en evidencias poco fiables, que lo mismo sucedía durante algunos periodos del Imperio Antiguo (reinado de Pepi II), el Imperio Medio (durante el reinado de Sesostris I) y el Segundo Periodo Intermedio, pero pruebas firmes de tal cosa sólo existen para el Imperio Nuevo, a partir por lo menos del reinado de Thutmosis III. Cada visir era responsable de su propia parte de Egipto y parece que los dos funcionaron virtualmente independientes uno de otro. La residencia del visir del Norte estaba en la ciudad de Memphis (en la Dinastía XIX también en Pi-ramsés, en el Delta). Su colega del Sur estaba asentado en Tebas. La ceremonia de aceptación del cargo y los deberes del visir se han conservado en textos en los muros de las tumbas de algunos visires del Imperio Nuevo, como Rejmire, que vivió durante el reinado de Thutmosis III. Estos protocolos demuestran que las obligaciones del visir eran extremadamente amplias. Era el representante del rey y su función principal era el gobierno del país, incluyendo la supervisión de las zonas almacenamiento, los graneros, tesoros y de todos los escribas de los documentos reales. Los extensos archivos de documentos también se encontraban bajo su autoridad. Todos los oficiales del reino eran responsables ante el visir. En el Imperio Antiguo el visir también era el supervisor de la ciudad de la pirámide y, a partir de la Dinastía IV supervisor de los trabajos reales, que incluían la tumba real. En el Imperio Nuevo estaba al cargo del poblado de Deir el-Medina, donde vivían los trabajadores de las tumbas reales y era responsable de su bienestar. Su influencia alcanzaba hasta el tráfico fluvial y los templos y sus sacerdotes, así como las ofrendas; en ocasiones el visir ostentaba cargos sacerdotales. Sus obligaciones también incluían ciertas instancias legales. No sólo era el jefe de la 'policía' (que mantenía el orden de la creación, el principio de la Maat), sino que desempeñaba también un papel importante en los procesos legales; por ejemplo en el juicio de los robos de tumbas del Valle de los Reyes en el periodo final del Imperio Nuevo. El poder del visir sólo comenzó a declinar en la Baja Época.