Hijo de Thutmosis II y de una esposa secundaria, accedió al trono siendo un niño tras la temprana muerte de su padre; su llegada al poder fue confirmada por un oráculo de Amón. Su madrastra, Hatshepsut, comenzó actuando como regente, pero no tardó en asumir la titulatura de un faraón (hombre). Durante muchos años, Thutmosis III permaneció en segundo plano y sólo después de morir su madrastra pudo reinar en solitario. Tras la muerte de ésta, y muy al final de su propio reinado, Thutmosis III reemplazó el nombre de su madrastra por el suyo propio o el de Thutmosis I o Thutmosis II en muchos de los monumentos de aquélla, como por ejemplo en el templo de Deir el-Bahari. Thutmosis III dirigió varias campañas militares en Oriente Próximo, donde conquistó vastos territorios. En todas las regiones en las que estuvo dejó tras de él guarniciones militares egipcias. El rey llegó tan lejos que alcanzó la orilla del río Eúfrates. El resultado de esta campaña fue el control sobre las ciudades-estado de Palestina y Siria, que se convirtieron en vasallos de Egipto. Thutmosis III hizo que los éxitos de sus campañas quedaran registrados en el templo de Karnak. La tumba de Thutmosis III en el Valle de los Reyes contiene una de las primeras representaciones del Amduat. La momia del rey fue enterrada de nuevo en la Dinastía XXI, por orden del Gran Sacerdote Pinedyem II, en una tumba rupestre escondida cercana a Deir el-Bahari, para protegerla de nuevos robos. La tumba, que también contenía los restos de otros reyes, sólo fue descubierta a finales del siglo XIX.