Diosa-gato, en sus orígenes probablemente una diosa-león. Era la deidad de Bubastris, en el Delta (forma helenizada del término egipcio 'per bastet', 'Casa/Santuario de Bastet'). En el Imperio Antiguo, estaba asociada con diosas-león, como Sejmet de Memphis y Tefnut de Heliópolis. En consecuencia, Bastet se vió implicada también en los mitos relativos al ojo del Sol. Fue denominada hija del dios-sol Re, su ojo o el ojo de la Luna y, en ocasiones, fue identificada con Uadyet (uraeus), la diosa cobra. En el Imperio Antiguo, las representaciones de Bastet la muestran siempre con la cabeza de una leona. Estaba incluso prohibido cazar leones durante la fiesta de Bastet, tal y como indica un texto de Ramsés IV, en Abydos. Sin embargo, en la tradición posterior, se representaba a Bastet sobre todo como un gato. Muchas estatuillas de bronce de la Baja Época la muestran con cabeza de gato, a veces portando un sistro, una referencia a su conexión con Hathor. También se han encontrado numerosas estatuillas de bronce de gatos, dedicadas a Bastet. Se ha documentado una gran cantidad de momias de gato cerca de los lugares en que Bastet era venerada, como por ejemplo en Bubastris y en las inmediaciones del templo de Bastet, en Saqqara. Los autores de época clásica consideran al gato como un animal sagrado, y un texto sobre Hathor de Dendera (una ciudad llamada en ocasiones la Bubastris del Alto Egipto) menciona a esta divinidad 'enojada como Sejmet, dulce como Bastet', haciendo referencia al contraste entre una leona enojada y un mucho más amistoso gato. Se consideraba a Bastet madre del dios-león Mahes (Miysis) y, en algunas tradiciones independientes, como madre de Nefertum o de Anubis.