Los egipcios dormían con la nuca apoyada en un apoya cabeza o cabezal de madera. Estos ejemplares destinados a ser llevados en la tumba se fabricaban de alabastro, de piedra dura, de marfíl, de fayenza, de madera o incluso de barro cocido. Este hermoso apoya cabeza de alabastro se compone de un elemento superior alargado, con forma de media luna, con un fuste acanalado y con un ábaco casi cuadrado. Un disco une el fuste al soporte rectangular sobre el cual reposa. El objeto lleva una inscripción horizontal corta y otra más larga escrita en una sola columna vertical. Indican el nombre y los títulos del propietario, que vivío posiblemente durante el Imperio Antiguo.