La madera ha sido siempre escasa en Egipto, de manera que parte de este material era importado, especialmente las piezas grandes. Ésto fue una práctica común desde el Imperio Antiguo; de época de Snefru (Dinastía IV) existe una mención en la que se explica que llegaron cuarenta barcos cargados con madera. Los árboles y arbustos son fácilmente reconocibles en las paredes de muchas tumbas. Algunos de ellos, como el sicómoro (higuera egipcia) o la palmera datilera, se cultivaron por sus frutos, aunque su madera fue también utilizada. La acacia, el sicómoro y el tamarisco fueron las maderas autóctonas más usadas desde tiempos prehistóricos. La acacia, por ejemplo, se empleaba para construir barcas entre otras cosas. Las que se importaban procedían de Asia occidental, siendo la de mayor importancia el cedro, que ya se utilizaba en Egipto en época prehistórica. El cedro provenía principalmente del Líbano y se usaba para fabricar sarcófagos, al menos desde el Imperio Medio, aunque también para barcos que surcaban el mar. De acuerdo con los textos egipcios, el ébano procedía de Punt y de otras tierras del sur como Nubia y Kush. Este se usaba con frecuencia en mobiliario, chapado e incrustaciones. Punt también les proporcionaba maderas olorosas. Al ser la madera un material tan caro, siempre que era posible se reutilizaba. Por ejemplo, las piezas pequeñas y las defectuosas se ensamblaban para hacer los paneles de los sarcófagos y después se cubrían con una capa de yeso y se decoraban. Todos los instrumentos para el trabajo de la madera se conocían en Egipto. Además de los utensilios propiamente dichos, también tenemos representaciones de ellos en las paredes de las tumbas y en los sarcófagos, así como pequeños ejemplos pertenecientes a los modelos de taller del Imperio Medio.