Desde el comienzo del periodo histórico, Egipto estaba dividido en provincias. En la Dinastía III se construyeron en varios lugares de Egipto siete pequeñas pirámides cuya función no era la de servir de tumbas. Se encuentran, entre otros lugares, en Fayum, Abydos, Naqada, Edfú y Elefantina. Se supone que señalaban la localización de las capitales de los nomos de los primeros tiempos. Posteriormente, la tierra fue dividida en 22 nomos en el Alto Egipto y 20 nomos en el Bajo Egipto. Cada nomo tenía su propia capital y su propio emblema. Una procesión de nomos con aspecto humano aparece en el registro inferior de las paredes de muchos templos, en ocasiones asociada a Hapi, el dios de la inundación del Nilo. Llevan los productos de sus nomos al santuario.