Una de las más conocidas obras literarias del antiguo Egipto es la historia de Sinuhé, un importante cortesano de la Dinastía XII que, sin embargo, se supone fue un personaje ficticio. La historia está narrada por el propio Sinuhé en primera persona, por lo que contiene elementos de la tradicional autobiografía, cuyos ejemplos se encuentran en numerosas tumbas y estelas. La historia comienza con la muerte de Amenemhat I. Pese a que hubo un intento de asesinato sobre este rey, la historia no nos cuenta claramente si tuvo éxito o no. El corregente de Amenemhat, Sesostris I regresaba de una expedición a Libia cuando escuchó la noticia de que su padre había muerto. De manera fortuita, Sinuhé escuchó algo sobre el acontecimiento, le entró pánico y huyó. Finalmente terminó en Retenu (la oriental zona montañosa de Siria-Palestina). El soberano de este país interroga entonces a Sinuhé, que realiza una 'laudatio' de Sesostris I. Sinuhé se casa con una de las hijas del soberano del Alto Retenu y se le concede un territorio llamado Yaa y sirve durante muchos años en el ejército del Alto Retenu. Un soldado de elite le desafía, pero consigue derrotarlo, por lo que da gracias al dios Montu. Según pasan los años, Sinuhé comienza a sentir añoranza de Egipto, donde quiere ser enterrado. Entonces recibe un decreto de Sesostris I en forma de carta que le permite regresar a Egipto. Le manda una carta de respuesta en la que le dice que fue una acción irreflexiva y que quiere regresar a Egipto. De regreso en el país del Nilo, es recibido por el rey. Es reintegrado a su antiguo puesto y se le concede una casa y una tumba. La historia de Sinuhé se conserva en varios papiros y ostraca. Las fuentes más antiguas son del Imperio Medio. En periodos posteriores, especialmente en el Periodo Ramésida (Dinastías XIX y XX), el texto fue copiado frecuentemente por los escribas. También aparecen referencias a la historia en documentos posteriores.