En Egipto, los adobes se hacían con barro del Nilo, una mezcla de arcilla y arena, en ocasiones con restos de paja y excrementos de animales. Esto se mezclaba con agua para formar una masa maleable y después se introducía en los moldes. Dichos moldes, de los cuales tenemos ejemplos en la actualidad en miniatura eran de forma rectangular y abiertos en la parte superior e inferior. El trozo de arcilla se dejaba a menudo al Sol para que se secase. Muy ocasionalmente, y de manera especial en el periodo Romano, el adobe se introducía en el horno. La fabricación de adobes puede verse en las escenas de los muros de las tumbas del Imperio Medio. La mayoría de estos adobes tenían la medida de una mano, pero también se han encontrado otros que medían más de un metro de longitud. Los adobes más antiguos se han hallado en las tumbas del Periodo Predinástico de Naqada, y en las tumbas reales de Abydos. Las tumbas de las Dinastías I y II de Saqqara y Abydos, también estaban construidas en adobe. Una fortaleza de adobe fue construida en Abydos, en la Dinastía II, con más de 10 ms. de altura. Las pirámides del Imperio Medio se construyeron parcialmente en adobe, e incluso, cuando la piedra fue altamente valorada como material de construcción para tumbas y templos, el adobe continuó utilizándose para la construcción de casas y palacios.