Moneda con representaciones, en una cara, de la cabeza de Diocleciano y, en la otra, de un dios barbado de pie con un atributo poco definido, quizá un cuerno de la abundancia. El reinado de Diocleciano fue un punto de inflexión en la historia del imperio y para Egipto el final del apoyo a las tradiciones faraónicas, como construir templos de estilo egipcio con inscripciones jeroglíficas. Diocleciano fue uno de los pocos emperadores romanos que visitó Egipto, revisando el gobierno tanto militar como civil. Persiguió a la comunidad cristiana con tal ferocidad que la iglesia copta fecha los años de estancia en el poder como la 'Era de los mártires'.