Ciudad del oeste del Delta, cuyos restos datan fundamentalmente de los siglos VIII-VI a. C. Su diosa protectora era Neith, cuyo culto comienza en la Dinastía I, lo que sugiere que Sais estuvo habitada desde finales del Periodo Predinástico.
Sais también era un importante centro religioso en el Periodo Tinita. Heródoto menciona la 'fiesta de Atenea (Neith)', la 'fiesta de las lámparas' y la representación de la pasión de Osiris, que tenía lugar en el lago sagrado de Sais. Heródoto también menciona que había una tumba de Osiris dentro del recinto de los muros del templo de Neith. Sais era uno de los destinos mitológicos en los rituales de enterramiento, así como un reputado centro de cirugía y tejeduría.
Políticamente, Sais sólo cobró importancia después de que gobernantes locales se opusieran brevemente a los kushitas en el último cuarto del siglo VIII a. C. y fundaran la Dinastía XXIV. Después de la invasión de Egipto por parte de Asarhaddon en el 671 a. C., Necao se convirtió en el gobernante de Sais y Memphis. Su hijo Psamético I fue capaz de preservar esta independencia e incluso consiguió controlar todo Egipto. Fundó la Dinastía XXVI con Sais como residencia.
Sais nunca ha sido excavada sistemáticamente. Los restos de templos y tumbas descritos por Heródoto y mencionados por Estrabón han desaparecido casi por completo.