Rey de la Dinastía XVIII, hijo de Thutmosis IV, esposo de la reina Tiy, y padre de Amenofis IV, que posteriormente se convertiría en Ajenatón; todavía es objeto de debate que fuera también el padre de Tutanjamón. Su reinado se caracterizó principalmente por la paz con los reinos circundantes, aunque algunos vasallos del imperio egipcio siguieron guerreando entre sí, obligando a Amenofis III a hacer algunas incursiones. En general, da la impresión de que Amenofis no estaba especialmente interesado en los asuntos militares y que sólo pretendía mantener el statu quo logrado por sus predecesores. En el interior de Egipto también hubo algunas tensiones ocasionales, en especial debidas a la cada vez mayor dicotomía entre el rey, por un lado, y los funcionarios de alto rango y los sacerdotes por el otro. Este faraón tuvo un largo reinado y celebró fiestas Sed en los años 30, 34 y 37 de su reinado. Amenofis escogió a Atón como su dios personal, como demuestran varias fuentes; pero continuó adorando a los demás dioses. De este modo, preparó el camino para la revolución religiosa de su hijo Amenofis IV/Ajenatón. Durante el reinado de Amenofis III, el arte egipcio alcanzó un nivel desconocido anteriormente. Se comenzaron a construir grandioso edificios, como el templo de Luxor y el tercer Pilono de Karnak, un templo en Nubia y el templo funerario del rey en la orilla occidental de Tebas, del que no sobreviven más que dos estatuas colosales del rey conocidas como los Colosos de Memnón.