Dios de la inundación del Nilo. Con frecuencia, se le representa como un hombre grueso con el pecho caido, un signo de abundancia y fertilidad. Sobre su cabeza lleva un tocado de plantas acuáticas y su cuerpo está en ocasiones pintado de color azul y con lineas que imitan el agua. Las áreas de culto más importantes en las que se veneraba a Hapi estaban en Asuán y Silsila, cerca de la primera catarata. Se sabe que, aunque las inundaciones eran muy importantes para Egipto, Hapi no tuvo un papel destacado en la religión. Ésto explica por qué Osiris fue también considerado como señor de la inundación y de las aguas del Nilo. La crecida de éstas se asimila con la resurrección del dios. El dios-cocodrilo Sobek también dominaba las aguas del Nilo, y se le consideró como el responsable de la inundación. Desde el Imperio Antiguo hasta el Periodo Greco-Romano, en los registros inferiores de las paredes de muchos templos se representa una procesión de los dioses que personifican los nomos, en la forma de Hapi, generalmente con el emblema de las plantas del Alto Egipto y del Bajo Egipto sobre la cabeza, llevando ricas ofrendas procedentes de toda la tierra. Un dios completamente distinto, cuyo nombre pronunciamos igual (aunque se deletrea diferente) es Hepi, uno de los Cuatro Hijos de Horus.